En octubre del 2008, aparece en una popular plataforma para entusiastas de la criptografía llamada metzdowd un “white paper” con el título “Bitcoin: A Peer to Peer Electronic Cash System” publicado bajo el seudónimo de Satoshi Nakamoto, unos meses antes se había registrado el dominio bitcoin.org, y empezaba la revolución de las criptomonedas. El bloque génesis de la primera cadena de bloques se crea con una recompensa de 50 Bitcoins (BTC), al cambio de hoy aproximadamente tres millones de dólares.
Bitcoin representa una revolución en la forma que entendemos el valor y la propiedad, pues a diferencia del dinero tradicional, no depende de ninguna autoridad gubernamental que lo garantice, Bitcoin es descentralizado y opera en una red global en internet sin controles. Es el internet del dinero. Esto permite que el valor de Bitcoin sea independiente y autónomo, se autorregula por la participación directa de los usuarios de la red. La cantidad limitada de Bitcoins (21 millones) redefine también el concepto de escasez, pero en un contexto digital, estableciendo un valor que no puede ser inflacionario, que depende exclusivamente de la oferta, la demanda y la confianza colectiva en el sistema.
Pero ¿cuál es la locura detrás de esta moneda digital? y ¿por qué todo el mundo habla de ella?, tiene a Wall Street de cabeza, todos los organismos de regulación mundial haciendo horas extras para controlar este desbocado concepto que sobre la transparencia e inmutabilidad del Blockchain, propone un nuevo modelo de confianza basado en la tecnología y no en las instituciones, que mueve billones de dólares rompiendo con el sistema financiero tradicional.
Entre otras cosas es una nueva medida de valor que desafía la centralización y el control, permite que, con una computadora y conexión a internet, todos podamos enviar y recibir bitcoins, de forma rápida y segura, sin intermediarios. Para ello debemos contar con una dirección o clave pública, la misma que es una larga fila de caracteres alfanuméricos equivalentes al número de cuenta en cualquier banco que se autogenera a partir de la encriptación de una clave privada, en cualquier monedero o “wallet”, equivalente a lo que sería nuestro Pin de cajero automático.
Bitcoin es seguro en el sentido de que no se puede duplicar ni falsificar. Las transacciones que los generan como recompensa al trabajo de “minería”, son verificadas por miles de computadoras alrededor del mundo, y una vez que se registran en el Blockchain, no se pueden modificar. La seguridad de los fondos en Bitcoin depende de la protección que cada usuario les dé a sus claves privadas. Gente conoce que perdió sus Bitcoins por olvidar su clave.
Es muy actual esa frase de pagan justos por pecadores, se ha satanizado al Bitcoin por culpa de engaños y estafas de plataformas o sitios dedicados a la intermediación de divisas o comercialización de valores, la volatilidad de la moneda obliga a conocerla, conocer el sistema y entenderlo, no es la forma de hacernos ricos de un día para otro, al contrario, es un sistema financiero que hay que usar según adquiramos experiencia y conocimiento. Por ello, para evitar que pierda su dinero, nuestro equipo encargado de nuevas tecnologías en Gallegos, Valarezo & Neira, está a su disposición para asesoría sobre criptomonedas, Blockchain y todo este nuevo ecosistema financiero.