Este artículo analiza la política de propiedad intelectual de ChatGPT, con énfasis en la titularidad de las respuestas generadas a partir de los prompts ingresados por los usuarios. A través de un estudio de los términos de uso y principios legales aplicables, se esclarece la cuestión de la autoría y los derechos sobre los contenidos producidos por el modelo de inteligencia artificial.
El desarrollo de modelos de inteligencia artificial generativa como ChatGPT ha planteado importantes interrogantes sobre la propiedad intelectual. En particular, surge la cuestión de quién ostenta los derechos sobre las respuestas generadas cuando un usuario proporciona un prompt y el sistema responde con contenido original. La presente investigación explora la normativa vigente y la postura de OpenAI al respecto.
Las legislaciones sobre propiedad intelectual varían según la jurisdicción, pero en términos generales, los derechos de autor se conceden a creaciones originales de personas físicas. Dado que ChatGPT es un sistema de inteligencia artificial y no una persona, sus respuestas no pueden considerarse como “obras” protegidas bajo el derecho de autor en la mayoría de los marcos legales.
Según los términos de servicio de OpenAI, la empresa no reclama derechos de autor sobre las respuestas generadas por ChatGPT. En otras palabras, el usuario que introduce un prompt y recibe una respuesta tiene derechos sobre dicho contenido. Sin embargo, OpenAI mantiene la posibilidad de usar las interacciones con el modelo para mejorar sus servicios, siempre respetando las políticas de privacidad y confidencialidad.
Dado que OpenAI transfiere los derechos de las respuestas al usuario que genera el prompt, se puede afirmar que dicho usuario es el titular de los derechos de explotación sobre el contenido resultante. No obstante, esto no significa que las respuestas sean patentables, susceptibles de registro o que tengan una protección automática bajo el derecho de autor, ya que su originalidad y creatividad pueden ser cuestionadas en tribunales.
La política de propiedad intelectual de ChatGPT establece que las respuestas generadas pertenecen a los usuarios que ingresan los prompts, siempre que no infrinjan derechos de terceros ni contengan material protegido. No obstante, la aplicabilidad de la protección legal a estos contenidos sigue siendo un tema de debate en la doctrina jurídica. A medida que la inteligencia artificial sigue evolucionando, es probable que se desarrollen marcos regulatorios más específicos para abordar estos desafíos emergentes.