“Token” según la RAE es un término técnico sin delimitación semántica dentro del idioma español, que de forma sencilla se puede explicar pensando en una ficha de casino, no es dinero, pero lo representa. En este mundo digitalizado, el “Token” es la representación digital del valor, cuyo control lo determinan las claves criptográficas y el registro se realiza en una cadena de bloques. “Sencillo”, pues esta representación digital abre la puerta a una nueva economía, es pasar del internet de la información al internet del valor.
“Tokenización” es el proceso de transformación y representación de un activo real como activo digital dentro de una cadena de bloques o blockchain, convirtiendo el derecho de propiedad de un activo particular en un “token” digital
El ecosistema que se forma con los tokens representa activos reales, que pueden ser tangibles (bienes muebles, e inmuebles), o intangibles (patentes, marcas, software, diseños, etc.), trasladando al mundo virtual cualquier tipo de valor del mundo real, sin un control centralizado.
Esto supone una innovación trascendental principalmente en el ámbito financiero, donde conceptos como ICO (Ofertas Iniciales de Moneda), o DEFI (Finanzas Descentralizadas), ofrecen nuevas y diversas vías de financiación en nuevos mercados ágiles, transparentes sin intermediarios, ampliando el espectro de alternativas antes inalcanzables por falta de acceso o nivel de inversión, con la figura del token como fraccionador de instrumentos financieros.
Para ser un poco más claro, este proceso genera un nuevo empoderamiento de los activos, tradicionalmente ilíquidos, pues permite un acceso a liquidez, eficiencia y democratización de oportunidades de inversión que eran imposible de pensar antes. Es una forma de facilitar la propiedad fraccionaria permitiendo a todo tipo de inversores comprar participaciones de activos de alto valor sin arriesgar grandes capitales. Abre la puerta a todo un nuevo sector demográfico que tenía vetado el acceso a este tipo de inversiones.
Las aplicaciones abundan en todos los sectores, la posibilidad de tokenizar RWA, (Real World Assets por sus siglas en inglés) o activos del mundo real, van desde los instrumentos financieros tradicionales como los commodities, bonos corporativos, créditos, real estate, equity, fondos de inversión, stablecoins, propiedad intelectual, seguros, obras de arte, hasta sistemas disruptivos enteros para manejo de membresías, clubes de fans, etc.
Si la adopción de estas tecnologías y el marco regulatorio avanzan a la estela del desarrollo tecnológico actual, es posible que más de 16 trillones de dólares sean “tokenizados” al final de la década. En el área de nuevas tecnologías de Gallegos, Valarezo & Neira estamos preparados para asesorar a nuestros clientes en el proceso de “tokenización” de activos al amparo de la normativa vigente.