Está de moda, todos quieren conocerlo, pocos todavía pueden explicarlo, y es un desafío a la imaginación encontrarle aplicaciones, al igual que la inteligencia artificial. Esta tecnología disruptiva viene a cambiar conceptos, formas de ver las cosas y como dice un buen amigo mío, no solo cambiará los negocios, también viene a cambiar al Derecho tal como lo conocemos.
Antes de sumergirnos en qué es blockchain, es importante entender su éxito. Se basa en tres pilares fundamentales, conocidos como el Trilema de Blockchain: seguridad, descentralización y escalabilidad. Estos son los conceptos clave que lo impulsan y los analizaremos en un artículo futuro. Pero por ahora, enfoquémonos en por qué una tecnología que se define por su inmutabilidad y transparencia está ganando terreno en un mundo donde la opacidad y el cambio constante son la norma.
El blockchain es una tecnología revolucionaria que permite registrar transacciones de forma segura, descentralizada y escalable. Tienes que pensar en una cadena de bloques, donde cada bloque contiene información que está conectada al siguiente, formando una secuencia transparente e inmutable. Es como un libro de contabilidad digital que todos pueden ver, pero nadie puede cambiar. Cada bloque tiene un “sello” único, como una huella digital, denominada “hash” que lo identifica y lo vincula con el bloque anterior. Para que un nuevo bloque sea añadido, los miembros de la red, a quienes llamamos “mineros”, deben verificar y aprobar la transacción. Este proceso de verificación garantiza que todos los registros sean precisos y que nadie pueda hacer cambios sin el consenso del grupo.
Pero me vas a decir, cuál es la utilidad de una base de datos a la que todo el mundo tiene acceso, cuando nuestra mente ha sido educada para guardar y proteger información importante, cuando hemos creado estructuras enteras donde esconder nuestros datos e información, cuando existe una ley de protección de datos personales, pues en el 2009 Satoshi Nakamoto nos dijo, “no señores”, el futuro es la transparencia, es, que todos tengamos acceso a la información, vamos a usar la criptografía, las matemáticas y encima vamos a premiar a quienes nos ayuden a soportar con sus computadores este sistema, pagaremos con unas monedas virtuales las pruebas de trabajo que validan el consenso y seguro algún rato tendrán valor. El blockchain permitió el nacimiento del Bitcoin, pero no es el Bitcoin.
Una base de datos inmutable, transparente, que además es segura, descentralizada y escalable, tiene un sinfín de utilidades en todos los campos, brinda una característica tan novedosa como antigua, genera confianza y ese bien se vuelve muy preciado cuando la misma tecnología ha desarrollado tanto que es imposible estar seguro ni siquiera de aquello que los sentidos perciben.
Haciendo un ejercicio de futurología no muy avanzada, bancos o intermediarios financieros serán de los primeros afectados, la confianza en muchas transacciones pasará de un tercero al sistema en sí. El fraude y falsificación de documentos como diplomas, certificados, registros de identidad, será imposible una vez emitido y subido al blockchain donde los datos registrados son inmutables y transparentes. Probablemente desaparezcan registradores de la propiedad, registros mercantiles y notarios. Cambiará la propiedad intelectual. Las tarjetas de crédito ya están redefiniéndose hacia un futuro donde predominen los sistemas de pago descentralizados. Tendrán que reinventarse los auditores en ecosistemas con transacciones inmutables. Los contratos inteligentes como funcionalidad del blockchain nos ahorrarán mucho papel y tiempo de abogados para gestiones comunes, quienes tendremos también que adaptarnos a un nuevo mundo de confianza compartida con los sistemas.
Llegó para quedarse y vale la pena tratar de entenderlo, ni bien empieza la aplicación de la Ley de Protección de Datos Personales, ya tenemos un nuevo desafío, intentar conciliar estas dos áreas tan dispares conceptualmente, y por ello en Gallegos, Valarezo & Neira, nuestros especialistas en nuevas tecnologías estarán gustosos de apoyar, con una asesoría que combina enfoques técnicos y legales para afrontar este desafío.