A propósito de la consulta de uno de nuestros clientes, creemos importante compartir con ustedes información acerca del Rastro Digital: ¿Qué es? y ¿Por qué es importante que lo sepamos?
La Ley de Comercio Electrónico regula los mensajes de datos, la firma electrónica, los servicios de certificación, la contratación electrónica y telemática, la prestación de servicios electrónicos a través de redes de información, incluido el comercio electrónico y la protección a los usuarios de estos sistemas; y si bien no se habla del Rastro Digital específicamente en este cuerpo normativo, a lo largo de su texto se regula la forma en la que el mismo puede ser tratado.
En el foro digital Ginzo Tech, se define al Rastro Digital como “aquella información que vamos dejando de manera voluntaria o involuntaria cuando estamos navegando en internet. Nuestras huellas digitales las creamos nosotros en la medida que visitamos diversos portales web, donde suministramos información voluntaria (un ejemplo de ello serían los casos donde hacemos un registro o una suscripción para realizar una compra) así como también suministramos información involuntaria (por ejemplo, dejar nuestra dirección IP en el servidor de la página). Mucha de esta información es obtenida gracias a la configuración del navegador que estemos usando y otras veces es recabada por las cookies usadas por una página web o aplicación.”
De manera complementaria podemos revisar la definición que brinda Joaquín Ataz López, quien considera que “la actividad cotidiana de cualquier persona deja hoy un rastro digital que está compuesto, entre otros elementos, de: correo electrónico, participación en las redes sociales, imágenes y documentos almacenados en la nube, acceso a bienes y servicios que prestan a través de internet, etc.”
A su vez, Ofelia Tejerina Rodríguez, en lo que respecta a la huella digital, considera que “este concepto alude más bien al rastro que dejamos al navegar o interactuar por internet y que, de alguna forma, nos va definiendo como internautas.”
En consecuencia, el rastro digital, en el contexto de la Ley de Comercio Electrónico , su Reglamento y de la doctrina del derecho, hace referencia al conjunto de información y registros electrónicos generados por las transacciones y comunicaciones en línea. Estos registros, que incluyen detalles como el origen, destino, fecha y hora del mensaje, pueden ser conservados en tanto en cuanto se garantice su integridad y autenticidad. Para cumplir con la normativa ecuatoriana en materia de comercio electrónico, es necesario que estos datos se almacenen de tal manera que puedan ser consultados posteriormente en su formato original o en uno que reproduzca con exactitud su contenido original. La importancia de este rastro radica en que proporciona una prueba digital de las interacciones en el ámbito del comercio electrónico, en búsqueda de la transparencia y confiabilidad de las transacciones electrónicas.
El rastro digital no solo actúa como un registro histórico de las interacciones y transacciones en línea, sino que también tiene un valor probatorio en contextos legales y comerciales. Esta traza o huella electrónica, si se conserva conforme a los estándares y requisitos estipulados en la Ley de Comercio Electrónico y de la Ley Orgánica de Protección de Datos Personales, puede servir como una evidencia válida en caso de disputas o controversias relacionadas con transacciones o autorizaciones. Su capacidad para detallar el origen, destino, fecha, hora y contenido de un mensaje de datos le otorga valor probatorio, permitiendo corroborar la existencia de autorizaciones electrónicas, confirmaciones o incluso consentimientos en el ámbito digital, similar a cómo un documento firmado puede hacerlo en el mundo físico.