La profesión legal se siente amenazada por el avance de la Inteligencia Artificial (IA). Los clientes empiezan a confiar en herramientas como Chat GPT para solventar consultas legales y para generar documentos que hasta hace poco, requerían ser preparados por abogados.
La asesoría legal y la generación de documentos fáciles, gratuitos y rápidos a través del uso de herramientas de IA pueden ser tentadores, pero deben usarse con precaución por varias razones:
1.- Situaciones complejas:
Determinados casos y situaciones sometidas al conocimiento de los abogados implican consideraciones fiscales, legales y financieras complejas que requieren conocimientos especializados y experiencia. Adicionalmente, las situaciones sometidas a asesoría legal implican motivaciones individuales únicas que requieren un análisis e interpretación cuidadosos. Si bien las herramientas de IA son capaces de analizar datos y generar recomendaciones, no proporcionan el mismo nivel de pensamiento crítico y análisis que un abogado.
2- Servicios personalizados:
La asesoría legal en la mayoría de casos requiere de un proceso personalizado para generar soluciones hechas a la medida de cada cliente y de sus particulares situaciones. Por ende, se requiere una consideración cuidadosa de las circunstancias y objetivos únicos de cada cliente. Si bien las herramientas de IA producen documentos de forma rápida y eficiente, son, por definición, impersonales y genéricas. La IA puede detectar patrones basados en lo que ha sucedido en el pasado, pero no está diseñada para anticipar eventos futuros. La atención y la experiencia personalizadas suelen requerir de un abogado calificado y experimentado.
3.- Información sensible y confidencial:
La asesoría legal implica inherentemente información sensible y confidencial que debe mantenerse privada y segura. Si bien las herramientas de IA afirman ser seguras, siempre existe el riesgo de violaciones de datos y ciberataques que podrían comprometer la información personal de los clientes.
4.- El lado humano de la asesoría legal.
Los clientes requieren de consejos que van más allá de lo establecido en el ordenamiento jurídico. Consejos que a menudo implican consideraciones éticas y morales producto de una cuidadosa consideración y reflexión. Me refiero a las relaciones y dinámicas complejas propias de los seres humanos las cuales devienen en conflictos y dilemas. La IA no es capaz de comprender completamente los matices de estas relaciones y hacer recomendaciones apropiadas.
En conclusión, es necesario potenciar el lado humano y aquellas habilidades donde la IA no puede competir para evitar ser sustituido por las máquinas. ¡Ánimo que aún quedan esperanzas!